Día de un jalador


Por:Gustavo García

A las 12:30 p.m. comenzó nuestra observación en la parada de la plaza universitaria que está  frente a la UABC en un día de martes 1 de septiembre del año 2009. Los taxistas están trabajando como siempre, estacionados en la parada de la plaza esperando a los pasajeros que se aglutinan rápidamente.

Los jaladores de partes de los taxistas comienzan a gritar el destino del taxi para el cual trabajan, ya sean cafés o verdes. Por parte del jalador de los primeros grita: ¡rio vista! ¡Módulos! ¡5y10! .Y por parte de  la línea de taxis verde grita: ¡5y10! ¡Panamericano! ¡La gloria! ¡Rosarito!...

Ambos jaladores con sus frases como: ¡Súbale! ¡Hay lugares! ¡Ya se va a ir! ¡Falta uno! Se nota un cansancio por parte de los jaladores que están expuestos al sol constantemente. Después llegan algunos camiones con su jalador o vocero de ruta en la puerta gritando ¡villa fontana! Entre otros destinos. Lo que se puede percibir es la mayor cantidad de taxis cafés comparados con los verdes.

Los taxis cafés esperan mucho tiempo en la parada de la plaza universitaria, que hasta hacen fila organizada, de 3, 4 o más taxis, mientras que los verdes llega uno, espera y cuando llega otro del mismo color el primero se tiene que ir aunque no haya subido pasaje. Se nota una rivalidad entre los taxistas verdes y los cafés. Éstos no le quieren dar espacio al taxi verde para que se estacione correctamente, esto provoca unos gritos o comentarios entre los choferes y jaladores de diferente línea y eso puede producir una riña.

El calor y el tráfico citadino producen en los taxistas y jaladores un estrés que se puede percibir claramente. Causa desesperación en cierta parte y  asombro al ver a los jaladores en pleno sol, parados, gritando, sedientos, ¿Cómo han de tener la garganta, toda reseca?, un jalador está tomando una coca cola  para contrarrestar el calor.

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