La vaca


Por Edna Murillo


El sol del medio día, aquél que secaba los sembradíos y hacía la tierra más seca, otra vez estaba ahí. 
Un calor fuerte me hacía sudar.
Yo cuidaba la única vaca que teníamos junto con su becerrito. Mi padre la había comprado y me dijo: tú te encargarás de ella, no quiero fregaderas , le darás de comer, de tomar y vigilarás que no se escape. 

El mayor tiempo me la pasaba cuidando a la vaca al pie de un árbol, llegaba en la mañana y la amarraba, cuando la vaca se echaba yo también me acostaba con ella y sentía sus costillas y su piel.

También ordeñaba a la vaca. Pienso que la vaca llegó a quererme porque me quedaba dormido y ella no se movía. Algunas veces le cantaba canciones de Julio Iglesias, las canciones que le gustaban a mi madre y que yo a mis 9 años ya sabía de memoria. 

Debo admitir que me gustaba más cuidar la vaca que estar en casa o en la escuela, porque en casa mi padre me golpeaba y en la escuela no tenía amigos.
Cuando llegó el becerrito me puse tan contento. También porque justo ese día se había instalado un cine en el pueblo al cual tenía pensando meterme a como diera lugar.


Después de cinco días, cuando la vaca se compuso, la llevé al árbol y la amarré, le dejé como siete metros de soga por si quería comer paja , ya que ese día iría al cine y me había bañado , al becerrito lo dejé aparte y me fui, caminé hasta el cine, caminé contento porque me había escapado y nadie se daría cuenta, disfruté la película  y regresé antes de que se metiera el sol, llegué al árbol y no vi a la vaca, seguí la soga hasta los surcos de paja y ahí estaba tirada, inflada la vaca. No sabía que hacer. La movía y aún estaba viva, había comido demasiado .
La desamarré y la vaca corrió hacia el becerrito, junto a el murió.
Lloré, lloré y lloré. Mi padre regresó y al darse cuenta de lo que había pasado me regañó, prefiero no recordar si me golpeó.  Mis hermanos más grandes piquetearon a la vaca para desinflarla y ahí salió la paja . Para después llevarla con el carnicero del pueblo y venderla.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

sin duda la vaca no es la culpable, tampoco el descuido, el disfrutar de una buena película es razón muy buena para evadir las responsabilidades, pero el castigo quita la evasión de las responsabilidades.
pobre vaca, mas del becerro que no crecerá sano.

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